El cuento de los Pequeños Monstruos
Hace tiempo que no os escribo nada. Os contaré un cuento. Un cuento de miedo y amor. Todas las noches, antes de irse a dormir, mi hermana pequeña esperaba impaciente en la cama, escondida bajo las sábanas, a que yo le contara este pequeño cuento mío. Dice así:
Una vez conocí a un Pequeño Monstruo y me enamoré de él. Supongo que no habrás oído hablar nunca de ellos... Los Pequeños Monstruos no se parecen a los típicos monstruos: no tienen pelo, ni escamas, ni 1000 ojos rojos, ni uñas que te arranquen la piel, ni tampoco son grandes... Son como tu y como yo, parecen humanos. Por eso es tan difícil saber que se trata de un monstruo...
Les encanta jugar con muñecas, es uno de sus pasatiempos preferidos. Ten mucho cuidado. Sus noches son muy muy largas, pues nunca pueden dormir.Sus ojos están siempre abiertos, así no podrás escaparte. Y tienen el poder de hacer que el tiempo que pasas esperando volverlo a ver pase tan y tan lento...que cinco minutos podrían parecer horas.
Pero el peor de todos sus secretos es su plan invisible. Y es que llega un día en el que sin darte cuenta, él, muy silenciosamente te ha abierto por el estómago y ha comido todo lo que tenias dentro... Luego lo llena con Mariposas de Cristal Roto. Esta especie de mariposa tiene sus alas afiladas por cristales rotos y revolotea sin parar en tu estómago, desgarrando todo por completo.Yo viví todo esto. Estas mariposas no hacen cosquillas. Te atrapan.
¿Tu sabes la distancia que hay de aquí al fin del cielo? Pues mi amor por el Pequeño Monstruo era comparable a esa gran distancia. Tan solo era una niña,pero estaba ahogada entre sus manos.
Había noches en las que subía trepando a mi hombro izquierdo para susurrarme al oído que era la chica de sus sueños. En ese momento, las mariposas se agarraban a mi con más fuerza que nunca.
Tras muchos días observando, encontré la única manera de controlarlo... Si, te lo diré,pero debes guardarme el secreto, ¿prometido? Bien, escucha: pasada la media noche, acariciando su pelo con suavidad conseguí dormirle unos minutos.En ese escaso tiempo en que el Pequeño Monstruo permanecía dormido descubrí que su corazón latía igual que el mio, los dos a la vez, rompiendo el silencio que helaba la habitación.
Pero esta historia un día terminó, como cuando se terminan los sueños. Te despiertas exaltado, creyendo que lo que has vivido era verdad. Parecía tan real que quieres escribirle... pero a los segundos te das cuenta que todo ha sido una mala jugada de Morfeo. Y este cuento va desvaneciéndose poco a poco, hasta que vuelves a tu verdadera vida. Aun de vez en cuando, noto revolotear las Mariposas de Cristal Roto en mi estómago, como si todavia siguieran aquí.¿Las notas?
No te enamores nunca de un Pequeño Monstruo, te va a comer las tripas.
Buenas noches, que tengáis dulces sueños.
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